domingo, 9 de enero de 2011

Felicidad y consumo

Circula en internet un vídeo imprescindible para los que promovemos un cambio en nuestra forma de ver y hacer las cosas llamado "historia de las cosas". Es una visión lúcida y esclarecedora del sistema económico basado en el consumo y sus consecuencias ambientales y sociales. En un momento dado, tratando del ciclo de vida de los productos manufacturados, se para a hablar del consumo: el momento mágico, la dovela central de la estructura en que vamos al comercio y adquirimos el producto.

Vivimos para eso: nos levantamos, trabajamos, volvemos a casa, vemos la tele y nos dice: eres una mierda, no tienes esta colonia, ni este coche, ni esta chica, ni este viaje..., salimos corriendo de casa y gastamos el dinero, adquirimos nuestro billete al paraíso... pero al día siguiente la rueda comienza de nuevo: lo que ayer compramos no nos da ya la felicidad, hoy sale otro artículo que no tenemos...

Esa suerte de felicidad efímera basada en el consumo, esa infelicidad permanente basada en la publicidad, es desgraciadamente el motor del sistema. Incluso quienes sabemos que esa compra no da la felicidad, estamos persuadidos de que si no la hiciéramos, todo el sistema se vendría abajo, con consecuencias impredecibles.

La promoción del downshifting personal, o el decrecimiento global, es sin embargo una obligación moral, desde el convencimiento de que existe una posibilidad cierta de que esta carrera puede acabar en desastre. Si así fuera, el sistema actual es un auténtico timo piramidal del que solo se beneficiaría la minoría social que alcance un poder económico que les permita aislarse en una burbuja o escapar en una nave.

Por lo tanto, está en nuestras manos descifrar el complejo problema que supone transformar un sistema que se sospecha insostenible (fuentes de energía, contaminación, desaparición de ecosistemas, sobrepoblación, etc.) sin provocar una revolución social debido a la caída en la miseria de grandes masas de población. Recientes noticias ya nos están mostrando revueltas y levantamientos en cercanos países en desarrollo por la imposibilidad de acceder a los bienes básicos de consumo, algo que no se conocía desde hace décadas.

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