martes, 19 de noviembre de 2013

Sobre el barómetro del CIS.- Parte 2


Sigo curioseando con los resultados de las encuestas del CIS. Ahora más rápido porque IU está sacando informes sobre lo mismo, y no quiero que me lo pisen.
En el post anterior me refería a lo que los ciudadanos dicen que van a votar, muy diferente de lo que sale de la cocina del CIS. En este, un breve análisis de quienes no muestran sus preferencias por ninguna opción.
En la siguiente gráfica he incluído las respuestas “abstención”, “voto en blanco”, “voto nulo”, “no sabe”, “no contesta”, y la suma “abstención+no sabe".
He incluído en la serie histórica, que va desde 1996 a la actualidad, las cuatro convocatorias electorales, para observar la relación entre lo que se responde al CIS con lo que finalmente sucede. Es fácil localizar los resultados electorales en el gráfico por los picos de la línea amarilla: la abstención real es sistemáticamente muy superior a la indicada en las encuestas (no hay papeletas de no sabe o no contesta).


Voto nulo: Hasta hace dos años las encuestas nunca detectaron un número de respuestas significativo declarando que se va a realizar un voto nulo, sin embargo en los últimos sondeos es frecuente encontrar un 0,2%. En las elecciones, sin embargo, el voto nulo -tal vez por error- es sistemáticamente superior al declarado, mostrando una leve tendencia creciente, acercándose al 1% en 2011.

Voto en blanco: Al contrario que el nulo, en las convocatorias electorales el voto en blanco ha sido inferior al declarado, rondando el 1%, sin mostrar la tendencia a subir que sí muestra en las encuestas (en las primeras alrededor del 3% y en las más recientes cerca del 7%).

No contesta: Desde el 7,5% de las primeras muestras de la gráfica se ha producido un descenso sostenido hasta alcanzar los actuales valores de 2,5%. Es a mi modo de ver un dato significativo, que habla de madurez democrática y pérdida de miedo a declarar las propias convicciones.

No sabe: Esta respuesta parecía que iba en descenso en las últimas décadas, pasando de valores próximos al 17% a medias del 15%. Sin embargo desde las últimas elecciones ha ido creciendo hasta alcanzar máximos históricos, superando el 21% y quedando sólo detrás del 24% del último sondeo previo a las elecciones del 14M de 2004. Lo interpreto también como muestra de madurez: cada vez más gente se pregunta qué debería votar (y no lo ve claro).

Abstención: La opción de la abstención venía siendo apoyada en las encuestas del CIS por un porcentaje próximo al 10%, que en la anterior legislatura ascendió hasta alcanzar puntualmente el 15%. Los valores actuales superiores al 20% no tienen precendentes
Una curiosidad: la intención de abstenerse muestra una apreciable reducción en los sondeos próximos a las convocatorias electorales, mostrando tal vez el efecto movilizador de las campañas electorales. En las elecciones, sin embargo, la abstención es siempre superior a la que se venía indicando, al incluir a muchos de quienes venían respondiendo NS/NC.
La línea amarilla de la abstención muestra picos que marcan la abstención real correspondiente a las convocatorias electorales. Por ser estos valores similares a la suma de las respuestas “abstención”+“no sabe”, he incluído la línea gris que representa la suma de ambas (como aproximación a la abstención real).
Si esto fuera correcto, y dado que los últimos sondeos dan máximos históricos tanto a la abstención como al “no sabe”, podríamos encontrarnos ante valores previsibles de abstención real próximos al 45%. Como se ve en la gráfica, en las cinco últimas convocatorias nunca superó el 30%. Como en la anterior entrada, estamos ante una situación sin precedentes.

NOTA: Todos los porcentajes de las gráficas son sobre el censo.

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