Ya no quedan dudas, el gobierno popular apuesta, tal como le recomendaron en Moncloa los empresarios del Ibex, por ayudar a nuestros campeones nacionales a competir en el mercado global.
Contrariamente a su discurso oficial de la I+D+i, la cultura del esfuerzo en la educación, etc., su reforma laboral evidencia que opta por la forma "rápida y sucia" de la competitividad, el dumping social: precariedad y salarios bajos.
Puede esto sorprender a quien les creyera cuando repetían hasta el hastío que había que ayudar a las pequeñas y medianas empresas, que emplean al 80% de la masa laboral, porque generalizar la precariedad supondrá profundizar la crisis del consumo interno afectando gravemente a las Pymes. La carrera de rebajas salariales, que en principio pueden ver los empresarios como una oportunidad, es una carrera hacia el cierre por la caída en las ventas.
El problema es que esta opción de la exportación es ave de corto vuelo, porque nuestros amigos europeos tienen también sus cuentas en la cuerda floja y es de esperar que reaccionen a esta reforma haciendo lo propio: nos convertimos así en excusa para nuevos recortes sociales en los países de nuestro entorno.
Más que una opción de futuro estamos, pues, ante una estrategia de la derecha neoliberal europea de acabar con el estado del bienestar.
Una vez acabado el mercado del bienestar en Europa, supongo que nuestros sabios gobernantes esperan que vendamos nuestros productos a los países emergentes, pero sucede que su crecimiento se basa en nuestro consumo, con lo que lo más probable es que para entonces tal crecimiento ya no exista. Pero no adelantemos noticias, que eso ya nos lo dirán en su momento.
La cosa es que la carrera de la precariedad ha comenzado, y sólo acabará cuando, hartos el 99%, mandemos a ese insaciable 1% de cabeza al mar.
O también podemos hacerlo ya y evitarnos todo este incómodo periodo decadente.
PD: Eso sí, admitamos que mientras los griegos se quejan porque se recorta su salario mínimo de 800€ en un modesto20%, aquí Rodrigo Rato ha soportado estoicamente y en silencio la rebaja de su sueldo desde 2.000.000 a sólo 600.000€. Un ejemplo a seguir.
PD2: Me pido ségun!
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