Dice el PP que la decisión sobre la seguridad de las centrales nucleares debe ser tomada siguiendo los consejos de los técnicos. Me recuerda a lo que decía sobre el trasvase del Ebro, que la decisión la tenían que tomar los usuarios del agua. ¿Y qué van a decir los usuarios del agua sobre que entre todos les llevemos agua? , pues que muy bien. Lógico.
En este caso conviene preguntarse quiénes son los técnicos en evaluación de riesgos de las nucleares. ¿El Consejo de Seguridad Nuclear? ¿Los propios técnicos de las centrales? Si nos paramos a pensarlo, los especialistas en evaluación de riesgos son bien conocidos de todos nosotros: se llaman agencias de seguros. No es el mecánico el que calcula mi póliza de riesgo al volante, sino el agente de seguros. Tras la debacle japonesa vemos que quienes sufren el golpe económico son las aseguradoras y reaseguradoras suizas y alemanas. Suyos son los especialistas de quienes hablamos, los que realmente, en nuestra economía de mercado, no sólo calculan el riesgo sino que lo traducen a euros.
Muchas de las pérdidas de vidas humanas en inundaciones y deslizamientos podrían evitarse si los seguros de vivienda fueran obligatorios y proporcionales al riesgo de cada localización: el precio de la póliza sería al tiempo un aviso y una forma de desincentivar las ubicaciones más peligrosas.
¿Y qué dicen las aseguradoras sobre la energía nuclear? En España las pólizas son tan altas que si las empresas las pagaran el precio de su energía no sería competitivo, así que la ley de seguridad nuclear impone un tope de 700 M €, ridículo si vemos lo que está pasando en Japón. Los daños que pasen de ahí los pagamos entre todos.
Los técnicos, por tanto, ya han hablado: la energía nuclear es inviable económicamente debido al elevado coste de los riesgos que conlleva: fueron los políticos quienes la hicieron viable al evitarle pagar la póliza proporcional a su riesgo. Ahora, ¿a quién hacemos caso, a los técnicos o a los políticos?
"Malo será", pero ya me gustaría que se hubiera equivocado usted en sus cálculos de probabilidades (cosa la cual dudo mucho conocida su valía), porque así no me seguiría dando vueltas en la cabeza una idea tan aterradora como la expuesta tan brillante y claramente expuesta por usted. ¡Enhorabuena por sus publicaciones que acercan problemas de tal magnitud a mentes poco privilegiadas como la mía!
ResponderEliminarGracias, Ceci, pero las mentes no suelen ser más o menos privilegiadas, sino más o menos inquietas. Los problemas son difíciles de entender si la información está oculta (como la causa de la factura de la luz) y no hay nadie que te hable de ellos. Entonces, si tienes curiosidad y tiempo, internet te abre sus entrañas, y encuentras casi cualquier cosa. Y cuando la encuentras, tienes tal necesidad de anunciarlo a los cuatro vientos que empiezas un blog...
ResponderEliminarBicos,
Iván