Cuando hablamos sobre incrementar la
participación de la ciudadanía en la vida política debemos tener
claro que a día de hoy la voluntad de participar es muy minoritaria.
Si miramos las encuestas del CIS, a la mayor parte de la ciudadanía
la política les interesa poco o nada. Los porcentajes de estos
ciudadanos varía entre los votantes de los distintos partidos,
siendo máximos (entre el 60 y el 70%) entre los de los partidos
mayoritarios, lo que no es de extrañar, pues de la misma manera
muchos encuestados dicen que no les gusta el futbol pero son del Real
Madrid o del Barsa. La gente elige entre lo por lo poco que conoce:
lo que sale en la tele.
Los partidos mayoritarios no tienen
excesivo interés en cambiar esta situación: no les interesa una
ciudadanía informada, preocupada e interesada por la política, que
podría llegar a conocer alternativas diferentes a las que copan
nuestros telediarios. Son os minoritarios los que deben hacer ese
esfuerzo.
Para interesar a la gente el ciudadano
debe ver su participación como algo útil para sus intereses más
directos: no será efectivo llamar a la participación en vano, es
preciso articular y presentar a la ciudadanía el esquema a través
del cual su participación se traducirá en mejoras directas en sus
intereses: incremento de sus recursos, mejoras en su entorno,
reducción de sus impuestos y tasas, mejora de la conciliación, más
tiempo de descanso, oportunidades de trabajo para él y/o los
suyos...
Será más sencillo abrir camino
comenzando por lo local, por lo próximo, incorporando a la
ciudadanía en decisiones concretas sobre la gestión de su entorno,
para crear la conciencia de utilidad de la participación en la cosa
pública. La apuesta por la implementación REAL de herramientas ya
conocidas (presupuestos participativos, agenda XXI y otras) debe
concretarse en el programa de la nueva fuerza transformadora. Y al
tiempo, ir diseñando los mecanismos para posibilitar la
participación de particulares y concellos en la toma de decisiones a
nivel autonómico (Una primera propuesta: eliminar los actuales
mecanismos de aplicación del “interés público” o “interés
supramunicipal” como herramienta para pasar por encima de la
voluntad vecinal para implantar proyectos empresariales de alto
impacto social y ambiental).
En definitiva, la gente hoy no puede
participar como quisiera ni quiere participar como le dejan. Hay que
presentar a la ciudadanía mecanismos atractivos, eficaces y claros
para que “quiera poder” participar. Sólo así podremos
integrarla en un proyecto transformador. La gran pregunta es ¿cómo
hacer que quiera? ¿qué propuestas le harían a usted apoyar a una
nueva fuerza política?
Creo que la intoxicación política actual va a llevar a que la pregunta que formulas al final sólo pueda ser contestada con un 'a largo plazo, ganando confianza'. Si hay tiempo para ese largo plazo antes de una catástrofe de cualquier tipo, eso ya es otra cuestión. Mientras, los partidos minoritarios seguirán siendo minoritarios y/o inestables a pesar de no merecerlo y merced a leyes electorales que beneficia a los mayoritarios en un reflejo al estilo 'gran capitán' de lo que pasa en economía con el 'gran capital'. Querer no se transforma automáticamente en poder, ni mucho menos, como parece indicar a primera vista el dicho 'querer es poder'
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