miércoles, 8 de febrero de 2012

CLIP, la Coalición "La Izquierda Pragmática"

Envidio a la gente de derechas porque no tiene que pensar a quién vota. Quien sintoniza más con ideologías de izquierda (más estado, más medio ambiente, más solidaridad, más federalismo) se ve obligado ante cada convocatoria electoral a exprimirse el cerebro entre votos más o menos útiles, entre más o menos estado, más o menos medioambiente, o más o menos solidaridad, más o menos federalismo.
En el electorado popular observamos que los obispos piden el voto para mujeres inseminadas artificialmente emparentadas con antiguos amantes, los liberales votan a alcaldes franquistas, los antiguos regionalistas votan tranquilamente a nacionalistas españoles y que una vicepresidenta casada por lo civil comparte mesa sin mayor problema con los Legionarios de Cristo.
Mientras tanto, nosotros rompemos los partidos y creamos otros nuevos sin siquiera saber en qué se concretan las insalvables diferencias ideológicas que nos condenan a la marginalidad parlamentaria, y por tanto mediática, y por tanto social, en esta sociedad en que sólo existe lo que sale en la tele.
Me pregunto si en este momento de efervescencia de las redes sociales sería posible crear un movimiento ciudadano (en paralelo al 15M) que pudiera integrar quienes nos situamos a la izquierda del PSOE para definir un programa de mínimos en el que pudieran converger los partidos de este ámbito.
Sería un programa con un alcance de una sóla legislatura: 40 medidas consensuadas exclusivamente para defender en los 4 años correspondientes, que redactaríamos haciendo la intesección de los programas de IU, BNG, EQUO, PUM+J, PA, etc., de forma que los objetivos finales irrenunciables e irreconciliables de cada formación (independencia, república, prohibición de comer carne, o cualquiera otro) no supongan un obstáculo para el acuerdo.
Propongo para el engendro el nombre de CLIP, la Coalición de La Izquierda Pragmática.

5 comentarios:

  1. A la izquierda del PSOE se incluyen varios grupos no necesariamente disjuntos a los que voy a ofender en la siguiente simplificación:

    - Los nostálgicos indignados, desde keynesianos (sí, ahora esos son rojos) a comunistas, que creen que el Estado debe tomar las riendas de la economía para asegurar el progreso y el crecimiento.
    - Los ingenuos optimistas aunque impacientes (su ligera irritación les permite confundirse con los indignados y acudir a las mismas manifestaciones), que creen que cosas como las energías renovables, el conocimiento libre, la agricultura ecológica y los microcréditos pueden ser motores del progreso y el crecimiento.
    - Los escépticos fatalistas, que desconfían del concepto mismo de progreso y crecimiento.

    El CLIP que describe usted sería lógicamente una mezcla entre los dos primeros grupos: lo que normalmente se llama un partido roji-verde. Pero en mi opinión tiene dos problemas:

    - Está fundamentalmente equivocado, ya que los que TENEMOS razón SOMOS los del tercer grupo :-)
    - Al final del día, el sindicalista del metal y el pijo de Greenpeace acaban discutiendo

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    1. Efectivamente, la cosa es que ambos asuman que no hay amor, que es por el interés.
      Más allá de la ingenua propuesta, está claro que hai que ir apañando unha leira e sacando os cartiños do banco. La coalición sería sólo por tocar los huevecillos.

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    2. Que conste que me pegué infructuosamente para conseguir que el decrecimiento fuera la bandera de Equo. La palabra no sale en todo su programa.

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    3. Así que lo que necesitamos es precisamente... un nuevo partido, que haga del decrecimiento su bandera.

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  2. Bueno, Iván, por lo visto, tendría al menos dos votos ...

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